Francia, Berry.
Este irresistible queso de cabra también tiene una historia que contar.
Por lo visto el Valençay era el queso favorito de Napoleón. Cuando regresó de su derrota
en Egipto, le dió tanta rabia que su capricho en casa fuese una pirámide, la misma imagen que le había derrotado, que desenvainó su espada, decapitó una de las piezas y ordenó que el resto sufriese las mismas consecuencias. Desde entonces la figura del Valençay pasó a ser una pirámide truncada, tradición que hoy en día se respeta.
Fuente imagen: paladar-es.blogspot.com |
Normalmente la pasta de cabra nos pide acompañamientos dulces, incluso gominolas cubiertas de azúcar son curiosos aderezos para este tipo de quesos, pero este en concreto recomendaré que se pruebe sin nada, es decir, una lámina en boca y paciencia saboreándola serán las instrucciones perfectas para cerrar los ojos y disfrutar con él. Un vino blanco seco contrasta genial con su sabor.
LA TUROFOBIA ES EL MIEDO AL QUESO
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